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CONVIVENCIAS
Convivir con las aves urbanas - 1ª parte
as aves también forman parte de nuestra vida urbana diaria; algunas especies incluso se han adaptado a vivir entre nosotros y ya es difícil encontrarlas en ambientes naturales. Otras con hábitos migratorios nos visitan y hacen compañía cada temporada.
Por diferentes razones las aves urbanas ocupan y comparten nuestro espacio, y de la misma forma traen consigo beneficios, perjuicios y dificultades de convivencia, como cabría esperar de una comunidad vecinal donde se disputan intereses comunes.
Compartir el techo y sobrevivir de los desechos
Muchas aves han encontrado en nuestros hogares, edificios públicos, iglesias, etc., un techo donde cobijarse. De nuestros residuos urbanos obtienen alimento, aunque en nuestros vertederos también se contaminan y adquieren enfermedades. Paradójicamente, conforme el hombre ha ido destruyendo muchos hábitats de aves esencialmente salvajes, éstas han buscado refugio precisamente entre los causantes de sus desgracias. Por ello, algunas aves urbanas ya no conocen otro hábitat que el humano, y el retorno al ambiente natural sólo conseguiría su desaparición.Qué buscan las aves en las zonas urbanas
Básicamente, las aves buscan en las áreas urbanas un refugio contra los depredadores y lugares donde nidificar con seguridad, como monumentos, torres, edificios, etc. Los numerosos escondrijos que les proporcionan los edificios emulan a los que sitúan en la naturaleza en roquedales o huecos de los árboles.Aves como el estornino, vencejo, lechuza común, cigüeña blanca, o la famosa golondrina de las rimas de Gustavo Adolfo Becquer, el avión común, son los que más aprecian las construcciones humanas, especialmente los edificios con muchas repisas, grietas, recovecos y oquedades. En las noches de duro invierno se guarecen en ellas y se protegen del frío, gracias a la temperatura algo mayor que existe en las ciudades con respecto al campo, generada por la energía que disipa la iluminación, automóviles y los propios edificios.
Las aves como el estornino aprecian las construcciones humanas con grietas, recovecos y oquedades, donde se guarecen del frío en los inviernos duros y encuentran refugio contra los depredadores
Qué beneficios obtenemos los humanos
En general, los humanos hemos conseguido aprender a convivir con las aves en nuestro medio urbano. En muchos pueblos como los de Castilla, en España, las cigüeñas se apropian regularmente de los campanarios de muchas iglesias parroquiales. Cada temporada suele ser motivo de orgullo de los vecinos ver retornar a la pareja de cigüeñas y ocupar su nido, que con gran satisfacción ha sido respetado y conservado hasta el regreso.
En general los humanos hemos aprendido a convivir con las aves en nuestro medio urbano
Otras aves, sea por los mitos o leyendas que les acompañan, son tradicionalmente respetadas y acogidas con mimo. Las golondrinas, por ejemplo, son todo un espectáculo verlas en bandada con su vuelo característicamente irregular cuando regresan de sus peregrinaciones estacionales. En muchos lugares esta aves son tradicionalmente veneradas por la creencia de que arrancó a Jesucristo la corona de espinas mientras yacía en la cruz, y que según la leyenda quedó identificado por la mancha roja en el plumaje que rodea al pico.
Además de la satisfacción y estabilidad emocional que supone para el hombre la convivencia y protección de determinadas aves urbanas, como son las referidas anteriormente, otras muchas aves le aportan beneficios y contribuyen a mantener equilibrios biológicos que favorecen su calidad de vida. Las aves insectívoras y cazadoras de roedores son muy apreciadas en el medio urbano. Ejemplo de los gorriones, que suelen ser grandes consumidores de insectos, y las especies rapaces como cernícalos, mochuelos o lechuzas, asiduas cazadoras de ratas y ratones.